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Jorge César Díaz Sánchez
Profesor.
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¡Honor y Gloria al señor MOISÉS RAMÍREZ HERNÁNDEZ!
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SEÑOR MOISES RAMIREZ HERNANDEZ
DONÓ EXTENSO TERRENO PARA CONSTRUIR LOCAL DEL
COLEGIO NACIONAL SAN MIGUEL
DONÓ EXTENSO TERRENO PARA CONSTRUIR LOCAL DEL
COLEGIO NACIONAL SAN MIGUEL
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El señor Director del Colegio San Miguel, Humberto Quiroz Quiroz, encabeza el desfile institucional. Foto archivo: Tito Pérez/
Corría el año 1960 y el Colegio San Miguel, iniciaba sus labores escolares en el antiguo Local del ex Colegio Particular San Miguel, allí funcionó varios años, egresó incluso la Primera Promoción “José Carlos Mariátegui” el año 1963, pero el Director, profesores, alumnado, padres de familia y muchas autoridades de San Miguel buscaban un terreno para comprarlo y construir el Local donde funcionaría el Colegio Nacional San Miguel.
Breve historia del terreno:
1.- La señora Clara Suárez, natural y vecina de San Miguel, residía en la Villa Turística de Jangalá y era propietaria de un extenso terreno ubicado entre el camino de herradura de la Bajada de la Tacura, la carretera San Miguel - Chepén, los terrenos del señor Carlos Cubas Contreras y por el Este el Estadio San Pedro.
Esta señora siempre lo visitaba a mi padre don Hermógenes Díaz y conversaban en el sentido que quería vender dicho terreno, porque tenía un colindante que lo amenazaba constantemente en el sentido que sólo a él podía vender dicho terreno, la señora no podía sembrar nada porque como vivía en Jangalá de noche robaban lo poco que sembraba, así que quería vender el terreno, a quien sea, menos a su vecino colindante, quien hasta ahora tiene una casa y un terreno junto al frontis del colegio.
La señora Clara Suárez, después de hacer sus comprar los viernes que visitaba San Miguel, llegaba a la tienda de mi padre acompañada de una su hija adoptiva, quien era mudita, a tomar una gaseosa antes de emprender regreso a Jangalá y la conversación era si ya consiguió comprador para el terreno.
2.- Mi padre habló con el señor Telmo Quiroz, Felipe Hernández, Julio Vásquez y otros comerciantes que podían adquirir dicho terreno, pero ninguno aceptaba para no entrar en juicio con el aludido vecino colindante, hasta que conversó con el señor Moisés Ramírez Hernández, uno de los comerciantes más grandes que ha tenido San Miguel por los años 1940 a 1960 quien poseía en el Jr. Alfonso Ugarte su tienda mayorista y un camión que traía la mercadería de Chepén, Chiclayo.
Don Moisés Ramírez acepta el negocio y se ponen de acuerdo con mi papá para que el siguiente viernes, hablen con la dueña, como a las 12 del día en la banca del corredor del patio de mi casa, estaban la señora Clara, don Moisés Ramírez y mi papá; todo estaba centrado en el precio del terreno, don Moisés le ofreció una contraoferta y pactaron el precio, incluso mi papá en su máquina Olivetti redactó la Promesa de Venta y quedaron en que el día lunes entregaba el dinero a la señora Clara, a partir de ese momento don Moisés Ramírez Hernández era el propietario del terreno.
3.- En una de las tiendas del señor Moisés Ramírez, funcionaba la Notaría del señor Luis Miranda Llaque, quien elevó a Escritura Pública de compra venta del terreno de una parte como vendedora doña Clara Suárez y como comprador el señor Moisés Ramírez Hernández, actuando como siempre de testigo mi padre.
4.- Al saber el vecino colindante de la compra hecha por don Moisés Ramírez, amedrentó en el sentido de pedir anulación de dicha venta, incluso quería hacer un juicio en Bambamarca, don Moisés consultó con mi padre que hacer y cómo solucionar este problema, después de tomar un “cocobolo” con Canada Dray, mi padre le sugiere a don Moisés Ramírez donar dicho terreno al Estado, en este caso al Colegio San Miguel.
Ese mismo momento, enviaron a un muchacho para que busquen al Director del Colegio Dr. Manuel Becerra Santa Cruz para que conversen y ver de que manera el señor Moisés Ramírez Hernández, podía donar, obsequiar el terreno para la construcción del local del Colegio.
Pasaría diez minutos y llegó a la tienda de mi padre el Director, el tesorero, los profesores y hasta alumnos quienes estaban incrédulos de que había un señor que iba obsequiar un extenso terreno para la construcción del colegio.
Después de las palabras de mi padre, de don Moisés , habló el Director quien agradeció y en ese momento después de tomar dos cervezas se encaminaron a ver in situ el terreno, a partir de ese instante el Colegio estatal San Miguel tomaba posesión del terreno y después de las gestiones respectivas se hizo la Escritura Pública, donde el señor MOISES RAMIREZ HERNANDEZ, de ocupación Comerciante - Agricultor DONA UN TERRENO DE SU PROPIEDAD UBICADO EN EL BARRIO DE ZAÑA A FAVOR DEL COLEGIO NACIONAL SAN MIGUEL, entregando todos los documentos respectivos.
Espero que algún ambiente, cancha deportiva o futuras Promociones del Colegio lleve el nombre del señor Moisés Ramírez Hernández.
Mi agradecimiento a sus hijos Ramírez Espinoza, Ramírez Goicochea, Ramírez Esquerre y Ramírez Cubas.
La hija del señor Moisés Ramírez, Sra. NIEVES RAMIREZ ESPINOZA de MALCA, trabajó como Auxiliar de Educación en dicho Colegio.
El señor Moisés Ramírez, como buen comerciante y agricultor trabajó en su fundo de Pencayo donde se dedicó a la crianza de ganado lechero y siembra de papas y maíz casi hasta su muerte.
Murió en Lima el año 2004 a los 104 años de edad. Vivió todo el Siglo XX y parte del XXI.
Breve historia del terreno:
1.- La señora Clara Suárez, natural y vecina de San Miguel, residía en la Villa Turística de Jangalá y era propietaria de un extenso terreno ubicado entre el camino de herradura de la Bajada de la Tacura, la carretera San Miguel - Chepén, los terrenos del señor Carlos Cubas Contreras y por el Este el Estadio San Pedro.
Esta señora siempre lo visitaba a mi padre don Hermógenes Díaz y conversaban en el sentido que quería vender dicho terreno, porque tenía un colindante que lo amenazaba constantemente en el sentido que sólo a él podía vender dicho terreno, la señora no podía sembrar nada porque como vivía en Jangalá de noche robaban lo poco que sembraba, así que quería vender el terreno, a quien sea, menos a su vecino colindante, quien hasta ahora tiene una casa y un terreno junto al frontis del colegio.
La señora Clara Suárez, después de hacer sus comprar los viernes que visitaba San Miguel, llegaba a la tienda de mi padre acompañada de una su hija adoptiva, quien era mudita, a tomar una gaseosa antes de emprender regreso a Jangalá y la conversación era si ya consiguió comprador para el terreno.
2.- Mi padre habló con el señor Telmo Quiroz, Felipe Hernández, Julio Vásquez y otros comerciantes que podían adquirir dicho terreno, pero ninguno aceptaba para no entrar en juicio con el aludido vecino colindante, hasta que conversó con el señor Moisés Ramírez Hernández, uno de los comerciantes más grandes que ha tenido San Miguel por los años 1940 a 1960 quien poseía en el Jr. Alfonso Ugarte su tienda mayorista y un camión que traía la mercadería de Chepén, Chiclayo.
Don Moisés Ramírez acepta el negocio y se ponen de acuerdo con mi papá para que el siguiente viernes, hablen con la dueña, como a las 12 del día en la banca del corredor del patio de mi casa, estaban la señora Clara, don Moisés Ramírez y mi papá; todo estaba centrado en el precio del terreno, don Moisés le ofreció una contraoferta y pactaron el precio, incluso mi papá en su máquina Olivetti redactó la Promesa de Venta y quedaron en que el día lunes entregaba el dinero a la señora Clara, a partir de ese momento don Moisés Ramírez Hernández era el propietario del terreno.
3.- En una de las tiendas del señor Moisés Ramírez, funcionaba la Notaría del señor Luis Miranda Llaque, quien elevó a Escritura Pública de compra venta del terreno de una parte como vendedora doña Clara Suárez y como comprador el señor Moisés Ramírez Hernández, actuando como siempre de testigo mi padre.
4.- Al saber el vecino colindante de la compra hecha por don Moisés Ramírez, amedrentó en el sentido de pedir anulación de dicha venta, incluso quería hacer un juicio en Bambamarca, don Moisés consultó con mi padre que hacer y cómo solucionar este problema, después de tomar un “cocobolo” con Canada Dray, mi padre le sugiere a don Moisés Ramírez donar dicho terreno al Estado, en este caso al Colegio San Miguel.
Ese mismo momento, enviaron a un muchacho para que busquen al Director del Colegio Dr. Manuel Becerra Santa Cruz para que conversen y ver de que manera el señor Moisés Ramírez Hernández, podía donar, obsequiar el terreno para la construcción del local del Colegio.
Pasaría diez minutos y llegó a la tienda de mi padre el Director, el tesorero, los profesores y hasta alumnos quienes estaban incrédulos de que había un señor que iba obsequiar un extenso terreno para la construcción del colegio.
Después de las palabras de mi padre, de don Moisés , habló el Director quien agradeció y en ese momento después de tomar dos cervezas se encaminaron a ver in situ el terreno, a partir de ese instante el Colegio estatal San Miguel tomaba posesión del terreno y después de las gestiones respectivas se hizo la Escritura Pública, donde el señor MOISES RAMIREZ HERNANDEZ, de ocupación Comerciante - Agricultor DONA UN TERRENO DE SU PROPIEDAD UBICADO EN EL BARRIO DE ZAÑA A FAVOR DEL COLEGIO NACIONAL SAN MIGUEL, entregando todos los documentos respectivos.
Espero que algún ambiente, cancha deportiva o futuras Promociones del Colegio lleve el nombre del señor Moisés Ramírez Hernández.
Mi agradecimiento a sus hijos Ramírez Espinoza, Ramírez Goicochea, Ramírez Esquerre y Ramírez Cubas.
La hija del señor Moisés Ramírez, Sra. NIEVES RAMIREZ ESPINOZA de MALCA, trabajó como Auxiliar de Educación en dicho Colegio.
El señor Moisés Ramírez, como buen comerciante y agricultor trabajó en su fundo de Pencayo donde se dedicó a la crianza de ganado lechero y siembra de papas y maíz casi hasta su muerte.
Murió en Lima el año 2004 a los 104 años de edad. Vivió todo el Siglo XX y parte del XXI.
¡EN LA GLORIA DON MOISÉS RAMÍREZ HERNÁNDEZ!
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